Cuando las familias empiezan a conocer la estimulación temprana, o buscan actividades para estimular a sus bebés resulta bastante frecuente que se topen con ejercicios orientados hacia el denominado ‘sistema vestibular’.
Esto se debe a que la estimulación temprana trabaja con los cinco sentidos clásicos (vista, oído, gusto, tacto y olfato), que proporcionan información externa a nuestros bebés. Pero también desarrolla tanto el sistema vestibular como la propiocepción, que pueden ser considerados como dos sentidos internos que proporcionan a los pequeños información del interior del cuerpo.
Dicho esto… ¿qué es exactamente el sistema vestibular?
¿QUÉ ES EL SISTEMA VESTIBULAR?
El sistema vestibular es a quien debemos en buena medida nuestra capacidad de dominio del movimiento y el equilibrio, además del control espacial. Está formado por partes del oído interno y el cerebro que, en conjunto, procesan la información que nos permite esos movimientos coordinados, equilibrados y controlados en nuestros desplazamientos.
Tratando de simplificar un poco, gracias al correcto funcionamiento del sistema vestibular podemos saber cómo se posiciona nuestro cuerpo en cada momento, incluso en movimiento; y, en el caso de movernos (ya sea todo el cuerpo o solo una parte del mismo), cómo lo hacemos: con qué velocidad, en qué dirección, hasta qué distancia…
¿DE QUÉ SE ENCARGA EL SISTEMA VESTIBULAR?
Principalmente, el sistema vestibular se encarga de:
· CONTROL ESPACIAL – gracias a él somos conscientes de cómo está nuestro cuerpo: si estamos acostados hacia atrás o tenemos la cabeza erguida, si estamos tumbados hacia abajo, quietos o en movimiento…
· EQUILIBRIO – el funcionamiento del sistema vestibular permite que podamos hacer movimientos sin que eso resulte peligroso para nosotros. Por ejemplo, es el encargado de estabilizar la información que recibimos durante un movimiento para que no nos produzca mareos o alteraciones en el equilibrio. Y esto es gracias al líquido presente en nuestro oído interno: con cada desplazamiento del cuerpo ese líquido fluye y el cerebro rastrea el movimiento para decirle al cuerpo cómo ha de prepararse para no perder el equilibrio… ¡Fascinante! ¿eh?
· SEGURIDAD – podríamos decir que el sistema vestibular es el encargado de garantizar nuestra certeza de que no sufriremos accidentes si decidimos hacer algún movimiento. Si no funcionase como lo hace, probablemente seríamos incapaces de enfrentarnos a acciones tan cotidianas como ducharnos, subir escaleras, correr o bailar.
· COORDINACIÓN MANO-OJO – este, por ejemplo, es uno de los hitos de desarrollo que más se trabajan con los bebés: la coordinación óculo-motora es esa habilidad que nos permite realizar actividades para las que necesitamos a la vez los ojos y las manos… es decir, ¡el mayor porcentaje de movimientos que hacemos a lo largo del día! Desde localizar y alcanzar un objeto, escribir, realizar la mayoría de deportes, etc.; todo son actividades que dependen del correcto funcionamiento del sistema vestibular.
· INTEGRACIÓN BILATERAL – que significa el uso coordinado de ambos lados del cuerpo: también depende del sistema vestibular y resulta imprescindible para poder llevar a cabo habilidades tanto de motricidad fina como gruesas.
¿cómo estimulamos el sistema vestibular?
El sistema vestibular se desarrolla desde el útero materno y entra en acción desde el momento del nacimiento. Es muy importante su correcto funcionamiento ya que, de no tenerlo, se experimentarían con los movimientos cotidianos efectos como mareos, náuseas, torpeza o falta de coordinación.
Al igual que con el resto de sentidos, el sistema vestibular también puede ser ejercitado para ir fortaleciendo su desarrollo de forma progresiva. Así, los movimientos en general y los movimientos de rotación en particular, pueden ser nuestros grandes aliados en este objetivo de estimular: los balanceos, giros, remolinos, etc., ayudan al cerebro de los bebés a mejorar su información sensorial del movimiento, contribuyendo así, de forma muy activa, al desarrollo y mejora del equilibrio.
Atendiendo a esto, hay que tener en cuenta que la clave de una correcta estimulación del sistema vestibular está en el movimiento. Y, además, se puede aplicar desde el nacimiento. Por supuesto, y en las primeras etapas especialmente, es necesario realizar los movimientos con especial suavidad y sin brusquedad; pero siempre introduciendo esta actividad móvil como parte del cuidado del bebé.
¿Algunos ejemplos? La realidad es que hay muchas cosas que las familias solemos hacer por puro instinto y que, sin duda, son claves para este desarrollo vestibular. Pero tenerlas en mente siempre es una buena idea, para reforzarlas…
– Mecer al bebé: pudiendo evolucionar progresivamente este tipo de movimiento con el paso del tiempo. En los primeros meses, mecerlo con ese suave movimiento que usamos típicamente para calmarlo; pero según vaya adquiriendo más movilidad, se puede mover al bebé -cogiéndole previamente de las axilas – de abajo arriba y de lado a lado. Es importante siempre mantener la mirada con el bebé para interactuar con él durante el movimiento y afianzar su confianza.
– Muévelo sobre tus piernas: primero apoyado boca arriba y, más adelante, boca abajo sobre ellas. Mueve tus piernas arriba y abajo (sujetando también al bebé bajo las axilas) para que desarrolle el control espacial.
– Baila con tu bebé: es otra de esas actividades muy cotidianas pero que ayudan, ¡y mucho!, al sistema vestibular. No en vano cuando bailamos tendemos a girar sobre nosotros mismos y a mecernos al son de la música ????
– Cuando ya domine la sedestación y se mantenga estable sobre sí mismo, podéis también iniciaros en el maravilloso mundo de los columpios. En realidad, los elementos habituales de los parques infantiles suelen resultar de lo más estimulantes para lo relacionado con el sistema vestibular. Eso sí, estad atentos siempre a que estén adaptados a la edad de vuestro bebé.
La estimulación vestibular, además, suele aportar a los peques unas sensaciones muy emocionantes y satisfactorias, por lo que son actividades, juegos y ejercicios que tenderán a repetir… ¡como columpiarse una y otra vez! Por supuesto, en la Escuelita de Mi Otro Yo, encontraréis un montón de propuestas lúdicas orientadas a estimular el sistema vestibular de los 0 a los 24 meses.