La evolución constante que experimenta el bebé desde que nace sería impensable sin los beneficios obtenidos a través del juego; ya que este es, sin duda, un pilar elemental en el desarrollo infantil durante la primera infancia.
No en vano la metodología de la Escuelita de Mi Otro Yo utiliza como elemento central el juego para cualquier tipo de estimulación; porque desde un punto de vista lúdico, cualquier actividad o ejercicio será infinitamente más valiosa y aportará mucho más a los avances de los bebés en esta primera etapa.
por qué son importantes los juegos de bebés
Básicamente la importancia de los juegos de los bebés radica en que son la herramienta principal que tienen todos los pequeños para ir sumando aprendizajes que luego resultarán vitales para actos de la vida cotidiana.
El juego les ayudará a conocerse a sí mismos y a su propio cuerpo; a relacionarse con el entorno y explorar lo que les rodea; a interaccionar con los demás y desarrollar habilidades sociales… Es, en definitiva, un instrumento catalizador del aprendizaje básico y necesario para el día a día: ¡y los bebés lo saben! Por eso, “gastan” más de un 60% del tiempo que están despiertos en juegos, puesto que es la fórmula más eficaz a su alcance para favorecer su desarrollo y la consecución de los hitos evolutivos propios de esta etapa.
cómo son los juegos de bebés durante el primer año
Aunque es habitual tener en la cabeza la idea o expectativa de que el bebé pronto comparta juegos con otros niños (hermanos, primos o amigos…), lo cierto es que durante el primer año esto apenas sucede. Los juegos de bebés durante el primer año están mucho más orientados a favorecer que los pequeños se conozcan a sí mismos, a su entorno y a cómo interaccionar con los objetos y personas que les rodean; es decir, están centrados en fomentar su propio desarrollo y no tanto la participación social con otros niños.
De hecho, resulta bastante frecuente que cuando los bebés ya avanzan un poco en la autonomía de su juego, puedan estar disfrutando en paralelo junto con otro pequeño de edad similar; pero cada uno centrado en su propia actividad y sin interaccionar entre ellos. Esto es porque durante este primer año el juego se caracteriza por ser en solitario y los bebés no están preparados aún para jugar en grupo.
Adicionalmente, hay que señalar que en los primeros años de la infancia los niños se desarrollan a través de una etapa egocéntrica, que resulta totalmente normal dentro de su evolución. Todavía no han adquirido el desarrollo ni las habilidades necesarias para compartir, empatizar o enfrentarse a la complejidad de tener a otros niños como compañeros de juegos; por lo que es algo que debemos respetar.
¿Significa esto que el bebé debe jugar siempre solo durante el primer año de vida? ¡En absoluto! La compañía de la familia resulta fundamental; entre otras cosas porque, durante sus primeros meses, el pequeño ni siquiera es consciente de ser un individuo en sí mismo, si no que se siente como una prolongación (habitualmente) de la madre. Además, aunque no desarrolle un juego social con otros niños, jugar al lado de los mismos también le ayudará a progresar a través de la observación.
juegos de bebés: sus fases durante el primer año
La propia evolución y desarrollo del niño durante el primer año condicionará el tipo de juego y los elementos principales del mismo.
Orientativamente, podríamos definir las siguientes fases como las habituales para que los bebés exploren a lo largo de los primeros 12 meses de vida:
– FASE 1
Descubriendo manos y pies: su propio cuerpo va a ser el primer entretenimiento del bebé, lo que contribuirá de forma definitiva al desarrollo de su propiocepción. Por ello, antes que cualquier objeto, lo normal es que sienta una atracción desmesurada por sus manos (primero) y sus pies (algún tiempo después). Que observe sus manos, por ejemplo, o que las lleve a la boca o las explore una y otra vez puede resultar insulso desde una perspectiva adulta; pero, en realidad, sienta las bases necesarias para que luego el bebé vaya desarrollando las habilidades de manipulación, que le permitirán interaccionar con objetos más allá de su propio cuerpo…
– FASE 2
Objetos cercanos y manipulación: una vez “dominadas” las manos y los pies, la atención del bebé se desviará hacia los objetos que pueda tener alrededor. Se trata de jugar con lo que le rodea para perfeccionar cómo agarrar los objetos, manipularlos con una mano o ambas, atraerlos hacia sí y explorarlos más en profundidad. Es por eso que, en esta fase, los objetos como mordedores, muñecos de goma, etc. serán grandes aliados.
– FASE 3
Dejar caer las cosas (¡o tirarlas!): con los principios básicos de la manipulación de objetos adquiridos, el siguiente paso suele ser explorar la reacción entre coger y tirar/dejar caer. El bebé comprobará una y otra vez qué sucede cuando tira o deja caer algún objeto, para “asegurarse” que el efecto siempre es el mismo. En este momento es buena idea introducir algún juguete como pelotas (que no rueden mucho), para que pueda investigar ese efecto pero, a la vez, sea capaz de recuperar el objeto en cuestión.
– FASE 4
Relaciones entre objetos: la siguiente fase de los juegos de bebés en el primer año está orientada a entender cómo interaccionan las cosas entre sí. Ejemplos de este tipo de juego serían esconder y encontrar algo; abrir y cerrar cajas (o armarios, o cajones…); meter y sacar cosas de una caja o cesto; también golpear elementos entre sí para ver cómo suena o qué sucede con ellos al hacer eso
Recuerda que la puesta en marcha de todos estos juegos favorece el desarrollo de las habilidades motoras básicas, como el volteo, el gateo, la sedestación o la marcha; además de habilidades imprescindibles como el equilibrio o la coordinación ojo-mano.
Pero también tienen un papel fundamental para fomentar el desarrollo cognitivo de los pequeños.
En definitiva, los niños necesitan jugar; y el juego es un elemento principal y esencial para su aprendizaje.
Por lo tanto, ante la duda familias… ¡sentaos a jugar con vuestros bebés! ????