A veces nos hacemos un poco de lío con los términos: estimulación temprana, estimulación adecuada… Para partir de lo básico sin arrastrar dudas, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de una estimulación temprana adecuada?
La estimulación se basa en facilitar estímulos y experiencias a nuestros bebés, con el objetivo de despertar su interés, curiosidad y sus sentidos; pero siempre con ejercicios, actividades y materiales acordes a su momento evolutivo. Y, de esta manera, respetando ante todo sus capacidades, sus habilidades y también sus necesidades de calma, relajación y descanso.
La filosofía Mi Otro Yo impulsa el conseguir una estimulación adecuada siempre desde la premisa de disfrutar juntos, familias y bebés, mientras que de esta forma se construyen las bases de desarrollo de los pequeños, de una manera lúdica y divertida.
Para conseguir una estimulación adecuada resulta fundamental no cruzar la línea hacia la sobreestimulación o la intervención. Vamos a ver cómo…
estimulación adecuada no es sobreestimulación
En nuestra ansia por querer fomentar el desarrollo de los bebés, a veces caemos en sobreestimularlos… ¿Cuándo ocurre?
- La sobreestimulación se da cuando ofrecemos al bebé estímulos superiores a lo que puede tolerar o, simplemente, procesar; ya sea por suponer una elevada cantidad de estímulos o porque estos responden a las características de un niño con una edad (o capacidad y habilidad) superior.
- También tendemos a sobreestimular a los más pequeños cuando esperamos que se mantengan permanentemente activos y entretenidos a través de estímulos; es una situación en la que se cae con relativa frecuencia.
La siguiente pregunta que nos surge de forma natural es: ¿y qué sucede si sobreestimulamos al bebé? Los estudios apuntan a que se producen varios efectos negativos derivados de esta sobreestimulación, entre los que destaco estos dos principales:
- Por un lado, el bebé va desarrollando cada vez más tolerancia a esa sobreestimulación, por lo que termina necesitando más y más estímulos para que su cerebro se “encienda”
- Por otro lado, al enfrentarse a estímulos no adecuados para su edad, capacidades o habilidades se fomenta que experimente una frustración constante…
Y, entonces, ¿qué podemos hacer para conseguir una estimulación adecuada sin sobreestimular? Las siguientes recomendaciones te servirán de mucha ayuda ????
- Respeta su momento evolutivo y adapta sus materiales según sus capacidades: no por ofrecerle cosas de “más mayor” va a desarrollar más rápido.
- No le ofrezcas todos los estímulos a la vez: selecciona pocos juguetes y vete rotándolos según demuestre – o no – interés.
- Limita los estímulos con luces, sonidos y, en general, aquello a base de pilas… A esto habría que unir una política ‘cero pantallas’ en el primer año de vida (¡e incluso más allá!)
- Respeta sus momentos de calma y su necesidad de descanso, ya que también conforman parte importante para su óptimo desarrollo.
ESTIMULACIÓN ADECUADA TAMPOCO ES INTERVENCIÓN
Para desarrollar una estimulación adecuada con los peques es fundamental partir de esta premisa: siempre, siempre, siempre es necesario respetar su neurodesarrollo y momento evolutivo. Esto implica no forzarle a que consiga “logros” o realice ejercicios que sus capacidades o habilidades no le permiten todavía.
La estimulación desde el acompañamiento y el respeto es la clave del éxito en este caso. ¡Y si es a través del juego, mejor! ???? Pero para estar aún más seguros, aquí van algunas cosas que hay que tener en cuenta para asegurar una estimulación adecuada y no una intervención…
– OBSERVACIÓN: la observación es nuestra mejor aliada; gracias a ella, se entenderán mejor los avances de los bebés y, por tanto, podremos responder mejor a las necesidades que demanden, ajustando los estímulos, materiales y ejercicios a lo necesario en cada momento.
– ANTES NO ES MEJOR: trabajar hitos del desarrollo como el volteo, el gateo, la sedestación (sentarse) o caminar antes de que un pequeño esté realmente preparado para ello no hará que lo consigan ni antes, ni mejor… ☹ De hecho, puede incluso resultar contraproducente, ya que es esencial que primero sienten las bases de lo que necesitan para alcanzar estos hitos para que, cuando lo hagan, sea de forma segura y correcta.
– NO HAY TIEMPOS: hay que tratar de olvidarse – o al menos abstraerse- de los tiempos (concretos, además) en los que el bebé “tiene que” hacer esto o lo otro. Resulta realmente frecuente entrar en comparaciones con los logros de otros bebés que nos rodean, o marcarse objetivos súper concretos como ‘gateo = 8 meses’; ‘caminar =12 meses’… Cada niño es único y respetar su ritmo evolutivo será realmente la clave para conseguir estimularlo de forma adecuada y potenciar su máximo desarrollo ????
Optimizar el potencial de desarrollo del bebé es posible con la estimulación adecuada. Pero esta implica el respeto máximo a los ritmos de cada niño y a su evolución; ya que de esta manera es como contribuiremos a potenciar su máximo desarrollo, pero dejando a un lado sensaciones y emociones como la frustración y la angustia; y, por el contrario, incentivando la generación de autoconfianza y seguridad para que los peques alcancen los hitos evolutivos unos tras otros.