Con la llegada del calor, el buen tiempo y la apertura de la temporada en piscinas y playas, se abren un montón de posibilidades para las familias en cuanto a estimular a los bebés a través de juegos en el agua. Por un lado, es una forma de entretenimiento y diversión; por otro lado, es una magnífica idea para combatir el calor propio de esta época.
Así que hoy os voy a dejar unas cuantas ideas de juegos y actividades para trabajar la estimulación acuática y que os ayudarán a disfrutar con vuestros bebés de unos ratos muy divertidos ¡y también seguros!
Beneficios para los bebés de los juegos en el agua
La estimulación acuática para los bebés no solo es recomendable si no, muy beneficiosa para su desarrollo: de repente se abre un mundo nuevo que explorar (salpicar, chapotear, intentar coger…) y se descubre una forma nueva de movimiento, normalmente más libre y fluido que el que tienen fuera del agua.
Podemos destacar, entre otros beneficios:
- Desarrollo psicomotor: el movimiento en este nuevo elemento les ayuda a mejorar el tono muscular, además de que les permite experimentar con nuevas posturas y movimientos inéditos.
- Desarrollo sensorial: al descubrir una actividad nueva que les ayudará también a ampliar el conocimiento sobre el medio y su entorno.
- Desarrollo intelectual: es prácticamente imposible que el bebé no intente coger el agua en una piscina, atraparla, salpicar con ella… todo esto hará que vea cómo es un elemento que se comporta de forma diferente a otros conocidos, con todo el aprendizaje que ello conlleva.
- Desarrollo del vínculo con el padre o la madre es una actividad de tiempo compartido, en la que el bebé necesita sin duda el respaldo y seguridad del adulto al estar en un medio totalmente ajeno a él.
- Beneficios físicos adicionales: aunque esto depende mucho de cada bebé, lo habitual es que la estimulación acuática favorezca la relajación y la aparición del apetito; lo que sin duda ¡suelen ser puntos positivos!
Recomendaciones básicas para los juegos en el agua con bebés
Aunque sin duda bañarnos con nuestro bebé, ya sea en el mar o en la piscina es súper apetecible, es importante tener en cuenta varias recomendaciones:
– En primer lugar, la edad del bebé. Hasta los 4/6 meses no es recomendable exponer a los bebés al agua de las piscinas (¡ni al sol o calor!). Si estamos en una piscina de verano, como es habitual en esta época, mejor escoger un buen lugar a la sombra de los árboles. Esto no significa que no se pueda hacer ningún juego: luego os plantearé alguna opción que se puede hacer en una bañerita típica de aseo, que siempre se puede sacar al aire libre si el tiempo lo permite.
– El objetivo de estos juegos para bebés en el agua debe ser siempre la diversión, no la natación. Es a partir de los 3-4 años, más o menos, cuando la madurez y la coordinación del niño permiten trabajar los procesos relacionados con la natación. Por eso, si queréis llevar antes a algún curso a vuestros hijos, veréis que la opción siempre será de matronatación: propuesta en la que, os necesitará siempre con él en la piscina.
– Los bebés tienen que disfrutar la experiencia. Son muy sensibles a factores como el frío, por ejemplo. Las piscinas de matronatación están preparadas con una temperatura que ronda (o supera) los 30 grados, lo que no es habitual en nuestras piscinas de verano, ¡y mucho menos en el mar! Por eso, es recomendable períodos de juego cortos.
Una propuesta de juegos para bebés en el agua
Como apuntaba antes, hay que tener muy en cuenta la edad del bebé tanto para adaptar el medio físico (la piscina) como para el tipo de actividad.
¡Pero el calor es calor para todos! Así que también con los más pequeños podemos disfrutar del agua durante este verano. Ahí van las propuestas…
- De 0 a 4/6 meses: es muy importante que el agua con la que trabajemos esté adaptada, para que siempre sea segura para nuestros bebés.
- Si no disponemos de bañera/piscinita al aire libre, un par de cuencos pequeños bastarán. Uno lo llenamos con agua fría y el otro con agua caliente (no más de 37 grados). Mojamos un algodón primero en uno y con él acariciamos la piel de nuestro bebé; hacemos lo mismo luego con la otra temperatura. Podemos meter también su pie de forma alterna en cada uno de los cuencos, mientras le explicamos qué es frío y qué es calor.
- Si disponemos de bañera o piscinita, con agua tibia (a la temperatura más o menos de la que usamos para el baño) podemos sostener boca arriba a nuestro bebé, sujetándole la cabeza y el culete, y mecerle para que se produzcan pequeñas “olas” con ese movimiento oscilante. Es una forma de experimentar ese movimiento acuático aunque no sea en la piscina grande y suele resultarles relajante.
- De 4/6 meses a 1 año: ¡recuerda! siempre teniendo en cuenta las recomendaciones anteriormente dichas y sin forzar la actividad si el bebé no la disfruta.
- Al estar dentro de la piscina coger al bebé por el tronco y trabajar su verticalidad. Fomentar que mueva brazos y piernas como si fuese “andando”. Muchas veces, usando juguetes ubicándolos cerca, animamos a iniciar ese movimiento.
- Trabajar la flotación del bebé es algo muy interesante ya que resulta también una herramienta de seguridad para él. Ponle tumbado boca arriba sujetándole y, sin perder contacto visual, trabaja su concentración y equilibrio, disminuyendo y aumentando la sujeción, hasta que domine -durante unos segundos- su flotación.
La estimulación acuática puede ser tu gran aliada este verano: garantiza momentos de diversión, felicidad compartida y beneficios para el desarrollo de tu bebé. Eso sí, recuerda estar siempre pendiente y acompañando en el agua (o cerca de ella), y adaptar los juegos a las características y madurez del bebé: ¡el objetivo siempre ha de ser pasar un buen rato juntos!