Bebé y móvil

BEBÉS Y PANTALLAS: CUANTO MÁS TARDE, MEJOR

En un mundo como en el actual en el que la tecnología es tan protagonista de nuestras vidas como la escritura o la lectura puede parecer de locos decir que no debería estar al alcance de los más pequeños, sin embargo, y aunque aún se están realizando muchos estudios para ver el verdadero alcance y consecuencias de la relación entre bebés y pantallas, parece haber un consenso claro entre los principales actores sanitarios (OMS, Asociaciones Pediátricas, expertos en desarrollo de los bebés, etc.): cero pantallas para los niños.

Consecuencias de la exposición a pantallas de los bebés

BEBÉS Y PANTALLAS

Quizá la forma más contundente de entender por qué no debemos, como padres, fomentar el uso de pantallas con nuestros bebés es ser conscientes de las consecuencias que esto puede tener a medio y largo plazo.

Si bien son estudios aún recientes, puesto que la presencia de la tecnología en nuestras vidas ha ido gradualmente en aumento en los últimos años, los expertos parecen ponerse de acuerdo en varios efectos a los que será susceptible el desarrollo de los bebés y, posteriormente, los niños en etapas futuras.

  • Déficit de autocontrol
  • Déficit de atención
  • Mayores niveles de depresión
  • Mayor fracaso escolar

Estos efectos son el resultado de exponer a nuestros bebés a una sobreestimulación para la que su cerebro no está preparado. La combinación de formas, colores y sonidos siempre cambiantes les mantiene absortos, pero no les ayuda ni en su desarrollo físico ni cognitivo y compromete muchísimo su capacidad de atención y aprendizaje.

Al fin y al cabo las pantallas les acostumbran a una sensación de inmediatez y movimiento que luego no tiene su correspondencia con el mundo real… Esto puede provocarles esas dificultades en tener foco de atención e interés en las actividades sin pantallas, puesto que no les ofrecen estímulos similares a los de los dispositivos electrónicos.

Qué actividades pueden sustituir a las pantallas

La OMS ofrece unas pautas claras: actividad física varias veces al día, la comida y las horas de sueño deben ser las prioridades para los bebés durante su primer año de vida.

Y es que los bebés están programados para aprender fundamentalmente desde la interacción, tanto con los adultos o personas que les rodean, como con los objetos que tienen a su alcance. Las expresiones faciales, el tono de voz, los gestos o el lenguaje corporal de unos padres hacia su bebé son insustituibles.

Lo mismo sucede con la manipulación de objetos, observar y golpear los mismo, dejarlos caer… todas estas interacciones ofrecen más información (y más adecuada) al cerebro de los bebés para potenciar su desarrollo.

Aunque puedas pensar que los contenidos educativos pueden reforzar la labor educativa de las familias en ámbitos como el lenguaje, los idiomas, etc., realmente no es así en edades tan tempranas. Tu bebé no necesita de una tablet educativa, ni de estímulos audiovisuales, ni de dibujos con canciones para estimularle… únicamente te necesita a ti.

Contarle cuentos, cantarle canciones, incorporarle en tus actividades cotidianas, incluso simplemente relatarle lo que está sucediendo (o lo que ha sucedido o va a suceder) … resultarán estímulos con muchos mejores resultados.

Consejos para gestionar la interacción entre bebés y pantallas

BEBÉS Y PANTALLAS

El mantra por el que nos tenemos que guiar es, siempre, siempre, CERO pantallas. ¡Recuerda! Le mantiene absorto pero no le ofrece estímulos adecuados ni de calidad para su desarrollo. Los bebés no necesitan las pantallas; en tal caso, nos benefician a nosotros los adultos ya que pueden actuar como “niñeras” en momentos determinados.

Teniendo esto claro será mucho más fácil evitar que la relación entre niños y pantallas crezca en vez de reducirse. No obstante, la tecnología y las pantallas están presentes en nuestras vidas: es difícil, por tanto, aislarse completamente de ellas. Por ello, es importante seguir una serie de pautas para conseguir que no se fomenten las interacciones entre bebés y pantallas:

  • No fomentes el uso de dispositivos como móviles y tablets: aunque resulta casi alucinante ver como los bebés actuales son capaces de dominar las pantallas táctiles con tanta facilidad, debemos enseñarles que esos dispositivos no son juguetes y, por tanto, no son aptos para ellos.
  • Si en algún momento están frente a una pantalla (a lo mejor porque tienen un hermano más mayor que sí puede disfrutar de ciertos contenidos, por ejemplo…) que nunca sea en solitario. Siempre acompañado de un adulto, que pueda reforzar esa interacción y explicar los contenidos.
  • Si hay que elegir un momento de exposición a pantalla, conviene priorizar por ejemplo una videollamada (con abuelos u otros familiares/amigos) ya que el uso de la tecnología, aunque debe ser limitado, en este caso contribuye a la interacción social de la que los bebés aprenden en gran medida.

Muchas veces nos olvidamos que menos es más. Y es que vosotros, las familias, sois el principal y mejor estímulo para que vuestros bebés alcancen el mejor desarrollo cognitivo, físico y emocional

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Soy Natalia González

Diplomada en magisterio infantil, licenciada en Psicopedagogía y emprendedora.

Mamá de tres hijos maravillosos. Con mi primera hija, no solo tuve una niña preciosa, si no también la necesidad de reenfocarme en aquello que me encanta: la estimulación temprana, aplicándola siempre a través del juego y respetando el ritmo único y propio de cada bebé.

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